Sinopsis.-
El profesor de simbología religiosa de la Universidad de Harvard, Robert
Langdon, recibe la misteriosa llamada del director del CERN (Conseil Européen
pour la Recherche Nucléaire), Maximilian Kohler, informándole del asesinato de
un teofísico, Leonardo Vetra, que estaba llevando a cabo un sorprendente
experimento que podría cambiar el rumbo del mundo (la antimateria). Este asesinato
es reivindicado por una sociedad secreta que se creía extinguida, los
Illuminati, que pretenden destruir la Ciudad del Vaticano y, por extensión a
toda la Iglesia Católica ya que se está llevando a cabo el Cónclave en el que
elegirán nuevo Papa. La hija del científico asesinado, Vittoria Vetra, se unirá al profesor para localizar la guarida
de los Illuminati, la Iglesia de la Iluminación, al hassassin que ha
secuestrado a los cuatro cardenales preferiti
en la elección del nuevo Papa y que les lleva la delantera, así como la
mortífera arma que ha sido robada para perpetrar el magnicidio (todos los
cardenales que han asistido al Cónclave como representantes de la Iglesia
Católica y todos los fieles que se encuentran en la plaza de San Pedro a la
espera de conocer al nuevo Papa). Langdon debe seguir las pistas que le
llevarán, a través del Sendero de la Iluminación, a los Altares de la Ciencia,
cada uno de los elementos que antiguamente se consideraban las partes
constituyentes de la materia: Tierra, Aire, Fuego y Agua. A estos personajes se
añadirán otros que acudirán en su ayuda como el comandante Olivetti, el joven
camarlengo Carlo Ventresca y el capitán Elias Rocher. Sin embargo, para que el
efecto haga mella en el resto del mundo el hassassin utiliza a los periodistas
Gunther Glick y Chinita Macri para que retransmitan los asesinatos de los
cardenales secuestrados por televisión.
CONTEXTO HISTÓRICO.-
Los hechos se suceden en la época actual, en el día que se va a celebrar el
Cónclave para elegir al nuevo Papa, en la Ciudad del Vaticano.
En
esta novela descubriremos cuáles son las normas que se siguen para realizar el
Cónclave así como las personas más importantes que actúan en él. Por ejemplo,
el Gran Elector (el anciano cardenal Mortati) es el maestro interno de
ceremonias del Cónclave y es un cardenal. El Camarlengo (el joven Carlo
Ventresca) es el cabeza de la Iglesia Católica durante el periodo de sede
vacante y es un cardenal (Dan Brown nos dice que puede ser un sacerdote, lo
cual no es cierto). Dan Brown señala que la figura de el Abogado del Diablo es
relevante en la elección del Papa, confiriéndole la función de ser el
responsable de desenterrar razones suficientes (hechos vergonzosos en el pasado
del cardenal candidato) para impedir que llegue a Papa. En realidad, abogado
del diablo, también conocido como promotor de la fe, es el apelativo popular
con el que se alude al procurador fiscal en los antiguos juicios o procesos de
canonización (beatos o santos) de la Iglesia Católica, no del Papa. Su
denominación la extinguió en 1983 el papa Juan Pablo II pasando a denominarse
tras las reformas de ese mismo año, promotor de la justicia.
Cuando
Langdon se encuentra en el Panteón dice que la comunión proviene de los aztecas
y que el sacrificio de Jesús para redimir los pecados del pueblo proviene de
Quetzalcóatl. No hay que ser un avezado historiador para darse cuenta de que
tanto la cultura azteca como el mito de Quetzalcóatl son posteriores al inicio
del Cristianismo, teniendo contacto los europeos con las civilizaciones mesoamericanas
hacia mediados del siglo XVI.
Al
buscar información sobre los Illuminati descubres que esta sociedad secreta fue
creada en la época de la Ilustración el 1 de mayo de 1776 por el profesor de
Derecho Eclesiástico, Adam Weishaupt. Por ello, Galileo Galilei (1564-1642) y
Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) no pudieron ser miembros de la sociedad
secreta como se dice en la novela. Los Illuminati son resucitados en la novela a
través de su mito por uno de sus personajes, para infundir odio, maldad, temor
y miedo.
Los
símbolos que el autor identifica con los Illuminati (el ojo panóptico en la
cúspide de la pirámide conocido como El
Ojo que todo lo ve, los ambigramas, el Diamante de los Illuminati, el número 13)
no pueden asociarse históricamente a ellos. Los Illuminati solamente utilizaban
un símbolo para la "escuela de secreta sabiduría", el mochuelo de
Minerva. Lo que pretendían era seguir el modelo ilustrado que sostenía que la
razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía y
construir un mundo mejor en el sentido de libertad, igualdad y fraternidad a
través de la educación.
De
la frase de Mateo 16:18 "Tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi
Iglesia" algunos deducen que Pedro es "la Roca" sobre la que
Cristo fundó su Iglesia. Sin embargo, otros afirman que es Jesús el único
fundamento de la Iglesia. El autor da como válida únicamente la primera
deducción.
El
llamado "Sendero de la Iluminación" que conducirá a los Altares de la
Ciencia del que habla el autor, nos llevará a conocer algunas de las obras de
Gian Lorenzo Bernini. Sin embargo, de las cuatro obras de las que se habla,
solamente tres de ellas sí que pertenecen a este escultor:
-
"Habbakuk y el ángel" se encuentra en la capilla Chigui de Santa
María del Poppolo y representa a la Tierra.
-
El "West Ponente" en la plaza de San Pedro es el Altar del Aire. Esta
pieza forma parte de una especie de Rosa de los Vientos, la cual consiste en
dieciséis piezas ovaladas (4 puntos cardinales, 4 rumbos laterales y 8 rumbos
colaterales) de mármol colocadas en el suelo alrededor del obelisco central y
que se estima que fueron montadas en la plaza alrededor del año 1852. Por lo
tanto, ni se encuentra dicha pieza a los pies del obelisco ni fue realizada por
Bernini.
-
El "Éxtasis de Santa Teresa" en la capilla Cornaro de Santa María
della Vittoria, representa el Fuego.
-
La "Fuente de los Cuatro Ríos" en la plaza Navona es el Altar del
Agua.
AUTOR.-
Nació en Exeter, New Hampshire, Estados Unidos, el 22 de junio de 1964. Estudió
Historia del Arte y música. Otras obras que ha escrito son:
-
"La fortaleza digital" (1998).
-
"La conspiración" (2001).
-
"El código Da Vinci" (2003).
-
"El símbolo perdido" (2009).
-
"Inferno" (2013).
ESTILO.-
El libro fue publicado en el año 2000. El libro tiene 571 páginas y su lectura
es sencilla y fluida. Desde el punto de vista literario la novela no es ninguna
una obra maestra sino que se trata de un libro de entretenimiento y de intriga
que ha llegado a superventas.
El
principio del libro se hace un poco lento y pesado, y aún más cuando sabes que
la historia se va a desarrollar a contrarreloj porque el contexto
espacio-temporal del relato va a ser limitado: todo se ha de resolver en la
ciudad del Vaticano y en Roma y en veinticuatro horas. Sin embargo, si esperas
un poco, algo más de la mitad del libro, la historia sufre un cambio con unos
hechos sorprendentes que nos engancha por completo, convirtiendo el final en un
desenlace lleno de genialidad. Tengo que reconocer que este autor utiliza en esta
obra la doble visión de la religión, enfocándola desde el punto de vista del
agnosticismo en el ateo, y de la fe en el
creyente. He tenido que contrastar todas las referencias históricas porque no
todas son ciertas, tal y como he señalado más arriba. Sí he de reconocer que
Dan Brown ha sabido muy bien combinar el arte (Bernini y sus cuatro obras
escultóricas), la Iglesia Católica, la Ciencia (Galileo Galilei) y una secta
secreta (los Illuminati) para crear una historia de intriga con una trama interesante.
OPINIÓN PERSONAL.- El
libro me ha gustado en su conjunto porque me gusta el arte y la historia en
toda su amplitud. La vinculación de la Iglesia Católica con el arte y la
historia es innegable y siempre me gusta aprender más de nuestra tradición
religiosa.