Sinopsis.-
Miguel Ángel (Florencia, 6 de marzo de 1475- Roma, 18 de febrero de 1564) fue
el segundo hijo de los seis de Ludovico di Leonardo Buonarroti di Simoni
(podestà del gobierno de Florencia) y de Francesca di Neri del Miniato di
Siena. Como su madre murió siendo pequeño lo crió Marguerita, ama de leche del
pueblo de Settignano en el valle del Arno. Desde los seis años ayudó a los
canteros de Settignano, la familia de los Topolino, a esculpir la pietra santa. A la edad de trece años,
ayudado de su fiel y gran amigo Francesco Granacci, que intuía su gran faceta
de artista como pintor, consiguió entrar en la bottega de Domenico Ghirlandaio
a pesar de la opinión de su padre. Y es que en esa época los trabajos que
utilizaban las manos (la pintura y la escultura) se consideraban propios de las
clases bajas o trabajadoras y ellos procedían de una familia noble. Miguel
Ángel llegó a ser el sustento y el pilar de la familia, ya que de todos los hermanos,
fue el único capaz de ganarse la vida por sí solo. Su padre nunca le reconoció
su trabajo salvo por la faceta económica que era la única que le interesaba. Posteriormente
entró a formar parte de la Academia Platónica de el Magnífico, teniendo como
maestros a Giovanni Pico Della Mirandola, Cristoforo Landino, Marsilio Ficino y
Angelo Poliziano, los cuatro platónicos y humanistas del jardín de San Marcos
de los Médicis. Miguel Ángel murió a los ochenta y ocho años rodeado de muchos
de sus amigos, fue coetáneo de Leonardo Da Vinci y de Rafael Sanzio, fue
reconocido en vida como artista en toda Europa, fue el protegido de los Médicis y del papa Julio
II y vivió cuatro grandes amores: Contessina, hija de Lorenzo de Médicis el
Magnífico; Clarissa Saffi, Tommaso de Cavalieri (arquitecto) y Vittoria Colonna
(poetisa). Este genio del Renacimiento llegó a ser, incluso sin pretenderlo,
arquitecto en la última etapa de su vida con la construcción de la Iglesia de
San Pedro, llegando a diseñar su gran cúpula, además de gran pintor (la bóveda de la
Capilla Sixtina, el “Juicio Final” sobre el altar mayor de la Capilla Sixtina,
“Leda y el Cisne”) y escultor (El David, La Madonna de Brujas, La Piedad, El
Moisés).
CONTEXTO HISTÓRICO.-
En el siglo XV Florencia es una República y se encuentra gobernada por Lorenzo de Médicis, el
Magnífico, y el Consejo de la Señoría. La ciudad-estado pretende ser una segunda
Atenas ya que la Academia Platónica era el corazón intelectual de Europa. La
aparición de Girolamo Savonarola y su Ejército
de los Jóvenes enturbió la paz que reinaba en Florencia. El monje
Savonarola pretendía regenerar a la Iglesia de sus ostentosidades, de la
corrupción, del nepotismo y la depravación. Sin embargo, sus acusaciones
alcanzaban las Artes y para ello convocó la conocida Pira de Vanidades donde se llegaron a quemar todo tipo de libros y
obras de arte. Incluso Sandro Botticelli lanzó a la hoguera muchos de sus
cuadros declarando públicamente que sus desnudos femeninos eran obscenos,
lascivos e inmorales. Tras la muerte de el Magnífico en 1492, Miguel Ángel
marcha a Roma, ciudad sucia y fea, llena de escombros y basura.
AUTOR.-
Irvin Stone (San Francisco, 14 de julio de 1903- Los Ángeles, 26 de agosto de
1989). Fue un escritor estadounidense conocido por sus novelas biográficas de famosos
personajes históricos. Algunas de sus obras son:
-
“Anhelo de vivir”, sobre la vida de
Vincent Van Gogh.
-
“Origen”, sobre Charles Darwin.
- “En busca de Troya”, basada en los
descubrimientos de las ruinas de Troya por Heinrich Schliemann.
-
“Abismos de gloria”, basada en la vida
de Camille Pissarro.
ESTILO.-
La obra está narrada en tercera persona. La vida de Miguel Ángel está novelada
para que sea más fácil y sencilla la lectura. Sin embargo, esta lectura se hace
un poco más lenta para aquellos que nos gusta tomar notas de personajes y
hechos históricos para conocerlos mejor posteriormente. El autor nos va
presentando al artista tomando como punto de partida cada una de las obras que
va realizando a lo largo de toda su vida. Al principio, sus orígenes como
prometedor pintor y después como gran escultor y arquitecto. Cada una de sus
obras lleva impregnada su propia historia que le vincula por derecho propio a
Miguel Ángel.
APRECIACIÓN PERSONAL.- He
disfrutado de la lectura de este libro además de conocer toda la vida de este
gran artista y la época que le tocó vivir. A pesar de tener 654 páginas, su
lectura es fácil, interesante y amena. Recomiendo este libro gratamente. Miguel
Ángel fue un artista que no quiso pasar a la historia como uno más, sino que a
través de la figura humana y de su desnudez alcanzó la perfección que muchos
envidiaron. Su cabeza no cesaba de generar nuevas figuras escultóricas con cada
nuevo encargo que recibía, enojándose en extremo cuando no podía llevarlas a
cabo por la presión que recibía del Papa que gobernaba en cada momento. Hombre
religioso, fiel a su familia y a sus amigos, humilde hasta alcanzar la pobreza
en su vida cotidiana, solamente pensaba en crear y en esculpir. Pocos genios
como Miguel Ángel surgen en la historia para el Arte.
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