martes, 18 de noviembre de 2014

Lectura: "El séptimo velo" de Juan Manuel de Prada






Sinopsis.- Julio conoce, tras la muerte de su madre, un secreto familiar que le han ocultado durante cincuenta años. Siguiendo el instinto o el deseo de conocer la verdadera historia emprende la búsqueda de su verdadero padre, Jules Tillon, héroe de guerra con la Resistencia francesa. Gracias al padre Lucas, al psiquiatra Enrique Portabella y a Sabine Blumenfeld conocerá el devenir de sus padres y los motivos hilarantes que le obligaron a Jules a descubrir su propia memoria e identidad que había perdido debido a su amnesia.


AUTOR.- Juan Manuel de Prada Blanco nació el 31 de enero de 1970 en Baracaldo, Vizcaya, aunque su infancia y su juventud las pasó en Zamora, la tierra natal de sus padres. Gran importancia en su destino como escritor la tuvo la figura de su abuelo. A los dieciséis años escribió su primer relato “El diablo de los destellos de nácar” inspirado en una excursión con su abuelo y con el que obtendría el segundo premio en un certamen literario.

Otras obras de este autor: “Coños” (1994) y “El silencio del patinador” (1995) en relato breve; “Las máscaras del héroe” (1996), “La tempestad” (1997), “Las esquinas del aire” (2000), “La vida invisible” (2003) “Me hallará la muerte” (2012) en novelas; “Desgarrados y excéntricos”, “La nueva tiranía” (2009), “Nadando contra corriente” y “Lágrimas en la lluvia” (2010) en ensayos y artículos periodísticos; “Penúltima sangre” en novela gráfica.



ESTILO.- Esta novela fue galardonada con el Premio Biblioteca Breve en 2007. La novela arranca en la época actual en España, pero su parte central gira en torno a la época de la Segunda Guerra Mundial en Francia y a la época de posguerra en España.

En su narración el autor emplea frecuentemente los paréntesis como forma de introducir una aclaración, tanto en el prólogo como en el epílogo. Las frases son muy largas, repletas de subordinadas.

El libro se divide en estas partes:

Prólogo. El autor nos presenta el origen de la historia. A través de Julio (el prólogo está narrado en primera persona) vamos a conocer el secreto que su madre no ha conseguido contarle antes de morir y que le revelará su padre, Antonio.

La parte principal de la historia consta de tres partes más extensas:

La primera parte narra el encuentro de Julio con el padre Lucas y el comienzo de la historia de Lucía y Jules desde que ambos se encontraran en Roissy-en-Brie en los estertores de la Segunda Guerra Mundial.

La segunda parte se centra en el encuentro de Julio con el psiquiatra Enrique Portabella, el cual le contará lo que Jules Tillon le manifestó a raíz de las sesiones de hipnosis.

En la tercera parte Julio conocerá a Sabine, la hija de André Blumenfeld y podrá averiguar la otra cara de Jules Tillon.

Epílogo. Julio, junto con Sabine, viajan a Argentina con el fin de encontrar a Jules Tillon.

Juan Manuel de Prada es un gran aficionado al cine y así lo deja de manifiesto a lo largo de toda la novela:

Cuando describe a Lucía, la madre de Julio, en su juventud con cierto parecido con Miriam Hopkins, una actriz norteamericana de comedia de los años treinta y cuarenta, y también a su mujer, Nuria, con la misma actriz.

Pág. 59. Hace mención a la película “Recuerda”, al comparar el padre Lucas la amnesia de Gregory Peck con la que sufre Jules Tillon.

Pág. 61. El padre Lucas menciona a “Balarrasa”, una película española del año 1951, señalando que el cine “lo encandilaba”.

Pág. 64. Referencia a Miriam Hopkins en “Un ladrón en la alcoba”, al comparar el padre Lucas la risa traviesa de Lucía con la de la actriz.

Pág. 524. “[…] y sonrió como sonríen las francesas tímidas, o como al menos sonríen las actrices que hacen de francesas tímidas en las películas de Eric Rohmer […]”.

Pág. 525. “Entró en la habitación una mujer menuda y, sin embargo, vigorosa, que aún no habría cumplido los cuarenta años […]. Guardaba cierto parecido con Miriam Hopkins, una actriz de comedia que quizá ya nadie recuerde”.

Pág. 532. “[…] André se enamoró, o creyó que se había enamorado, de una empleada de su fundación […] que le recordaba a la actriz Miriam Hopkins […]”.

Emplea en varias ocasiones la expresión “cementerio habitado por un millón de muertos”. Me recuerda a la segunda parte de la tetralogía de José María Gironella “Los cipreses creen en Dios” sobre la Guerra Civil española de 1936, precisamente titulada “Un millón de muertos”.

Julio identifica el séptimo velo de Salomé, al ver el cuadro del pintor inglés Edward Burne-Jones en la consulta del psiquiatra Portabella, con la pérdida de la intimidad personal.

Todos los personajes, tanto principales como secundarios, están perfectamente tratados y descritos.

APRECIACIÓN PERSONAL.- Esta novela es la primera que leo de Juan Manuel de Prada y, en realidad tenía gran interés ya que he podido conocerle en su faceta como contertulio en Intereconomía y como presentador del programa de cine “Lágrimas en la lluvia”. La novela la tenía en el estante de los libros pendientes de leer desde hace, al menos, tres años y, es que dado su volumen (636 páginas) y mi escaso tiempo, no había podido, hasta ahora, emprender su lectura. En general me ha gustado y he disfrutado de la lectura: una prosa envolvente y rica en vocabulario, además de muy descriptiva al límite de no olvidar detalle de todo lo que en el momento ocurre. Lo que no me ha gustado es la utilización en demasía de términos sexuales en la narración. Las escenas que narra las podía haber tratado igual de bien sin perder la dureza de las mismas, sin emplear un lenguaje tan pornográfico. El personaje de Jules Tillon parece apocado, memo incluso, pues choca que llegue a ser considerado héroe de guerra en su faceta de escapista en las misiones como miembro de la resistencia y no intuya o intente averiguar por su cuenta la verdad antes de tomar la decisión de matar o no a Kuznetsov, así como a la hora de vengarse de Marcel …. sin prever las consecuencias que su delación pudiera tener en otras personas inocentes.

REFERENCIA A LAS LABORES.- Cuando la guerra termina, se suceden en los primeros días los ajustes de cuentas con los colaboracionistas franceses. Al descubrir que Jules ha sido un héroe de guerra, la madre y la hermana de Jules no sufrirán lo mismo que los demás al haber prestado colaboración horizontal su hermana con los nazis, y consiguen “trabajo como costureras para un taller de confección que les enviaba a domicilio las prendas que convenía ensanchar o achicar […] como si en el ejercicio monótono y trivial de coser una lorza a una camisa o pespuntear el dobladillo de una falda o reforzar el ojal de una chaqueta se cifrase su salvación” (pág. 128).

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