Hola a todos.
No soy muy cocinillas porque tanto mi hija como yo tenemos problemas de intolerancia. Sofía es celíaca y yo soy intolerante a la lactosa. Los bizcochos, las pizzas, las empanadillas, las tartas de toda índole, los roscones de Reyes, etc., están vedados para nosotras. Desde hace ocho años tengo esa estupenda máquina con la que toda mujer está encantada de contar en su cocina para facilitarle la tarea. Sí, lo habéis adivinado, es la tan querida Thermomix. Pero claro, cuando resulta que tienes todos esos problemas las recetas no se adecúan, tienes que modificarlas, sustituir la leche de vaca por la de cabra, la harina de trigo por la de maíz o de arroz, pero claro, las medidas no son las mismas, algo se te escapa, pruebas una y otra vez cambiando las medidas pero nada, el bizcocho se te queda hecho un mazacote y hay que tirarlo.
El pasado lunes fuimos Sofía y yo a comprar una lana determinada para hacer una mantita para el bebé que su profesora de música va a tener en marzo. No me puedo dormir en los laureles. Al volver de la tienda hacia el coche, pasamos junto a la casa de Vorwek, que es quien distribuye la máquina Thermomix. En un cartel bien grande se anunciaba que daban clases de cocina. Vimos los cielos abiertos y no pude sino intentar pedir información sobre ellos pero específicos para celíacos, sobre todo en la repostería. Expuse el problema y me atendieron al momento de forma totalmente eficaz y encantadora. Nos fuimos tan contentas con la tranquilidad de que se iban a ocupar de todo. Antes de una hora ya tenía en mi teléfono móvil una receta para un bizcocho y, por la noche, en el correo electrónico tenía otras tres recetas: de cordiales, de tortas de naranja y tortas de pascua. Esta tarde nos hemos puesto manos a la obra -a Sofía le encanta cocinar y comer, a mí solamente lo segundo- y hemos hecho el bizcocho porque teníamos todos los ingredientes. Reconozco que mientras lo cocinábamos y se horneaba tenía mis dudas de que saliera bien, sin embargo ha salido un bizcocho espectacular tanto de vista como de comida. Por fin mi hija se ha podido comer un bizcocho hecho en casa y en cuya elaboración ha participado ella también. Gracias por vuestra atención y consideración.
Si alguno de vosotros necesita la receta, por favor, que me la pida.
Si alguno de vosotros necesita la receta, por favor, que me la pida.
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