lunes, 10 de junio de 2013

Lectura: La muerte llega a Pemberley" de P.D. James


Sinopsis.- Este libro trata de la investigación del asesinato de un joven oficial en el bosque de Pemberley, el capitán Denny, el día antes de la celebración del baile de lady Anne. En la trama se ven envueltos Lydia, la hermana de Elizabeth Darcy y su marido, George Wickham, ya que el capitán Denny era amigo personal de éste y viajaba con ambos. También asistiremos a la elección que tendrá que hacer la joven Georgiana Darcy entre el coronel Fitzwilliam y lord Henry Alveston, de profesión abogado. Este relato empieza donde acaba "Orgullo y prejucio". La historia se sitúa en el año 1803, seis años después de las bodas de Jane y Elizabeth Bennet.

Este libro es un homenaje de P.D. James a su autora preferida de la infancia, Jane Austen. 

En la Nota de la Autora, P.D. James pide disculpas a Jane Austen por implicar a Elizabeth Bennet en un asesinato. El Prólogo es un resumen del libro de "Orgullo y prejuicio" contado a grandes rasgos pero incidiendo en lo fundamental del relato original y consiguendo ambientarnos en la obra de Austen. 

La autora utiliza el lenguaje con maestría y la narración nos envuelve en los relatos propios de Jane Austen. El cuerpo central de la obra se compone de seis Libros, los cuales se subdividen en capítulos. Dichos libros son:
Libro I. Un día antes del baile.
Libro II. El cadáver del bosque.
Libro III. La policía en Pemberley.
Libro IV. La investigación.
Libro V. El juicio.
Libro VI. Gracechurch Street.

Personalmente me ha gustado la obra y la recomiendo por lo bien escrita que está. Sin embargo, quien espere encontrar una historia con el enfoque que daba Jane Austen a sus obras de la situación de la mujer en su época, no lo va a encontrar. Solamente he encontrado una ocasión donde se aboga por la situación de la mujer en general cuando, Henry Alveston aboga por Georgiana al exigir Darcy que ésta abandone Pemberley con motivo del asesinato: "Hablan ustedes sobre lo que ha de hacer la señorita Darcy como si fuera una niña. Estamos ya en el siglo XIX. No hace falta ser discípulo de Wollstonecraft para opinar que a la mujer no debe negársele la voz en los asuntos que le incumben. Hace ya siglos se aceptó que las mujeres tienen alma. ¿No va siendo hora de que se acepte que también tienen mente?".




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